Biografia

Pepe y sus tambores-Percusión, sonido con vigor cinético.

pepePercusión es el sonido del vigor cinético, manos en movimientos golpeando una superficie, generando notas, buscando un acorde, manteniendo un ritmo. Así se resume la vida de Pedro Peña  (Valencia, 1969), conocido como Pepe, a lo largo de un vida entregada totalmente a la percusión, en primer término y al canto en segundo. Donde su inquietud como cultor e investigador de los ritmos afrocaribes, lo ha llevado a ser un permanente aprendiz de nuevos compases, siempre dispuesto a mimetizarse con los complejos ritmos de la música generada por los descendientes de los negros africanos, asimilando la posibilidad de cada tono que le brinda el sonido de cualquier instrumento de percusión que llegue a sus manos, bien sea del folklor venezolano, colombiano, dominicano, cubano o puertoriqueño, una manera de romper las fronteras humanas, en un lenguaje común, el de la sonoridad, haciendo del tambor su único territorio.

Pedro Pepe Peña es poseedor de una sólida carrera musical que ha conducido a lo largo de sus 25 años como percusionista y cantante. Nacido en el seno de una familia de músicos, los primeros acordes musicales los escuchó de la voz de su madre Nohemí Bermudez, cantante de música criolla, y las notas iniciales vendrían de la mano de su padre Daniel Peña, un destacado ejecutor del Arpa, crecer bajo el auspicio de lo musical, desde los tempranos años de su adolescencia, hicieron que Pedro Pepe Peña acuñara la música como vocación y destino.

En el año 1998, “Pepe” funda la agrupación de música folklórica afrovenezolana “Tambores Calientes”, como una manera de extender el ejercicio sonoro de las distintas expresiones rítmicas que cultivaron a este lado del mundo los esclavos africanos, proyecto que al mismo tiempo ponía en evidencia su compromiso con la música afro-descendiente.

Con “Tambores Calientes”, “Pepe” comienza la exploración de nuevos caminos ya iniciados hacia una década con su primera experiencia profesional con el Grupo Budare y Leña, el cual acompañó en festivales de varios países de la Cuenca del Caribe.

El joven músico mostró un talento y una madurez musical que rápidamente lo propulsaron a ser seleccionado como integrante del legendario Grupo Folklórico Experimental Madera, que reunía a lo mejor de una nueva generación de músicos y percusionistas, agrupación con la que realizó memorables giras por Francia y España, y junto a la cual “Pepe” encontraría nuevas formas de profundizar su discurso musical al compás del tambor.

Al tiempo que exploraba nuevas inquietudes en el concepto de musica afro-Caribe, participando en talleres, seminarios e investigaciones sobre el folklor del área, “Pepe”, al unísono se daba a la tarea de cultivar sus conocimientos de la música latina, en la cadencia del toque de conga, el timbal y el bongó, instrumentos con los que logra un destacado nivel profesional, que le condujeron a destacarse como músico acompañante de prestigiosas orquestas nacionales e internacionales.
Símbolo de una generación de jóvenes percusionistas de su ciudad natal, Valencia (estado Carabobo), Pedro Pepe Peña, ha venido haciendo de este oficio un honor por la mística que ha colocado diversidad musical de su desempeño.
El tambor, así como la percusión, desde tiempos ancestrales ha estado rodeado de enigma y secretos, para Pepe, su oficio también ha significado, con el transcurso de los años, y la suma de la experiencia, el descorrer ese velo de misterio.

En el aspecto didáctico al referir lo que significó su aprendizaje inicial, fecundando el golpe del tambor venezolano, de la costa carabobeña que enseguida lo conducirá por un tour de estilos, y toda la gama percusiva de la música afrovenezolana a lo largo de las costas de los estados Carabobo, Aragua y Miranda, principalmente. Pedro Pedro Peña, otorga mucho mérito al haber encontrado al maestro indicado en momento adecuado, así lo señala cuando refiere que la primera fuente de conocimiento de la que se nutrió fueron las enseñanzas de Fernando Colina, director musical de su propia banda, percusionista y cantante de talla internacional. Luego se abriría campo bajo la tutela de Luis Viloria, versátil percusionista, actualmente forma parte de la agrupación “Chaworo”, del venezolano Orlando Poleo, hoy por hoy, considerado el más prolífico conguero de toda Europa. Su adquirido estilo y la gama de sus destrezas se pulimentarán al lado del talentoso percusionista Eduardo Pimentel.

Refiere Pepe que fue durante una gira de presentación en el Festival de Música Caribeña, celebrado en el año 1992 que  se le reveló la existencia de los tambores batá, los tambores que hablan: Iyá, Itótele y Okonkolo. Dice que tuvo que pasar por varios filtros, los mismos que impone el cerco místico religioso que resguarda los secretos ancestrales de este tambor de origen Yoruba. Para ese momento la cultura del batá, era uno de los mejores secretos musicales guardados por los afrocubanos –y era distante su acceso-, por estar enmarcados dentro de la música ritual del templo Yoruba. Es así como comienza la búsqueda del maestro, que lo inicie en el batá y sus secretos, pero sus maestros serán tres y un guía, el primero será Rafael “El Niño” Molina, luego seguiría su aprendizaje con una de las mayores referencias del batá en Venezuela, Miguel Urbina “Miguito”, a la lista habría que sumar la puntualidad, las lecciones y los sabios consejos del prestigioso tamborero cubano, Angel Bolaños, pero teniendo siempre a su lado su complemento y principal maestro y guía, Pedro Pablo Valdez “Aspirina”, quien a su vez lo inicia en los herméticos secretos de Osha, a través de quien le llegará todo un bagaje de herencias y vitalidades sonoras, la manera secreta de llamar al espíritu del sonido que viaja en las ondas sonoras y que despierta deidades.

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